En 1978 Renfe analizó su parque motor, y planificó
compras de nuevo material, entre ellos, trenes
autopropulsados eléctricos y diésel ya que, en estos
momentos los TER eran insuficientes, y los TAF y los
ferrobuses tenían demasiadas limitaciones. Para ir
eliminando estas series y modernizar los servicios,
se compraron 132 trenes diésel.
El contrato se adjudicó a dos grupos de empresas diferentes, Macosa y Ateinsa, fabricaron 70 trenes, y CAF, Babcok&Wilcox y Fiat se harían cargo de un pedido de 62 trenes. En cada caso había diferencias en cuanto a los motores de tracción, las transmisiones y las cajas de cambio, pero ambas series, la 592 y la 593 eran similares en la distribución interna, el número de plazas (228), el tipo de asientos y ventanas, el número de motores por composición o la velocidad máxima (120 km/h.). Los trenes podían circular hasta en triple composición.
La serie 592 la configuraron 70 trenes en formación M+Ri+M fabricados por Macosa y Ateinsa entre 1981 y 1984. Lo más característico de estos trenes es que tenían cuatro motores de tracción por tren y que los equipos de aire acondicionado se ubicaban encima de cada plataforma de acceso a las salas y por su vista de perfil empezaron a apodarlos “camellos”.
El estreno comercial de esta serie se produjo en Valencia, en el mes de marzo de 1982, en los servicios entre Valencia y Gandía. Los primeros trenes se adjudicaron a los depósitos de Valencia y Zaragoza.
Con la división de Renfe en unidades de negocio estos trenes sufrieron varias transformaciones. Los trenes 592 quedaron adscritos a la UN de Regionales y cambiaron sus colores originales (azul y amarillo) por los corporativos, es decir blanco, naranja y gris. Para mejorar algunos servicios regionales, especialmente en Andalucía y Galicia, en 1994 fueron remotorizados con un modelo de motor diésel más potente.
Desde 1996, la serie 592 se dividió entre los automotores que prestaban servicio en la UN de Regionales y los que pertenecían a la UN de Cercanías, 23 trenes en los núcleos de Valencia y Murcia y que una década después aun continuaban prestando servicio tanto en media distancia como en cercanías.
En esta serie destaca la subserie 592.200 que Renfe encargó a Macosa en 1989 como un prototipo para aumentar el confort de los viajeros y las prestaciones. Por su facilidad para alcanzar los 140 km/h., entre los ferroviarios el 592-201 fue apodado el “atómico”.
Años después, en 2000 la UN de Regionales encargó más composiciones con estas prestaciones. Los cambios mecánicos fueron acompañados por una modernización del interiorismo y una nueva imagen. Los trenes de esta subserie se asignaron a Madrid-Cerro Negro y se estrenaron en 2001 en servicios comerciales entre Madrid y Talavera de la Reina. También tuvieron base en Valencia, Zaragoza y Vigo.
La serie 593 estaba formada por 62 trenes, en composición M+Ri+M, fabricados entre 1981 y 1984 por CAF (124 motores y 12 remolques) y Babcok&Wilcox (50 motores). Los principales componentes de tracción y los motores los fabricó Fiat.
Esta serie inició su circulación comercial en mayo de 1982, cuando se implantaron en las relaciones entre Madrid-Cuenca, Madrid-Soria, Madrid-Talavera de la Reina y Granada-Almería. Los primeros depósitos que contaron con estos trenes fueron Madrid-Cerro Negro, Granada, Sevilla-San Jerónimo y Orense.
Los primeros trenes tenían una capacidad de 228 plazas, pero posteriormente se ampliaron los furgones de equipajes y se disminuyeron las plazas hasta 196. Esta serie tenía como colores iniciales el amarillo y el azul, y se cambiaron por el naranja y el blanco de Regionales. Otra modificación fue el cambio de los tanques de combustible.
El declive de la serie se inició al planificar la UN de Regionales la creación de una nueva serie de automotores diésel, la 596, a partir de la transformación de algunos 593. El último depósito que vio circular estos trenes fue el de Zaragoza.