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Reloj de bolsillo F. E. Roskopf


Descripción


Reloj de bolsillo F. E. Roskopf. Patent 18632
Década de 1910 (Suiza)
Pieza IG: 01227
Sala de relojes
Museo del Ferrocarril de Madrid 

Reloj de bolsillo F. E. Roskopf

 

Durante buena parte del siglo XIX, los relojes de bolsillo fueron considerados objeto de lujo, inalcanzables para la mayoría de las personas. Sin embargo, hacia 1860, Georges Frederic Roskopf, relojero suizo de origen alemán, comenzó a madurar la idea de fabricar un reloj para la clase trabajadora, simple y robusto, pero capaz de marcar la hora exacta. El reto era conseguirlo a un precio asequible, no más de 20 francos suizos, el equivalente al salario semanal de un trabajador no cualificado.

Tras años de dificultades, en los que hubo de luchar con la oposición de los fabricantes locales que consideraban que montar relojes baratos aminoraría su prestigio, en 1867 Roskopf presentó en la Exposición Universal de París su montre prolétaire (reloj proletario), que había logrado reduciendo al máximo el número de partes móviles de la maquinaria, simplificando el sistema de montaje y utilizando para la carcasa una aleación de níquel, zinc y cobre que resultaba resistente y económica. Fue galardonado con una medalla de bronce y su éxito fue tal que rápidamente se extendió su uso en el ejército y las compañías ferroviarias de toda Europa. Poco a poco fue introduciendo algunas mejoras en su reloj que no supusieron un aumento significativo del precio, como el grabado de la tapa posterior con motivos acordes a su nueva clientela.

El “Roskopf” de la colección del Museo lo fabricó su hijo Fritz-Edouard, quien introdujo sobre el modelo de su padre una mejora en el mecanismo de puesta en hora, que obtuvo en 1899 la patente suiza 18632 y de la que llegaron a fabricarse hasta 20 millones de unidades.

Reloj de bolsillo F. E. Roskopf

Tiene esfera blanca de porcelana de 12 y 24 horas, con números arábigos en negro y rojo, y un segundero que ocupa el lugar de la cifra “6”.

Maquinaria y esfera están montadas sobre una caja metálica con el borde grabado con la inscripción “VERITABLE MONTRE CHEMIN-DE-FER” (auténtico reloj ferroviario), que aparece también en la tapa posterior junto al dibujo de un tren de viajeros y el nombre del fabricante, “F.E. ROSKOPF”, sobre una rueda alada. En la tapa guardapolvo se grabaron, sobre un paisaje fluvial, las medallas conseguidas en las Exposiciones Universales de París 1900, Lieja 1905 y Milán 1906.